Descubrir los orígenes de lo que actualmente conocemos como nacionalidad tsáchila ha llevado a decenas de investigadores a realizar estudios profundos sobre el tema a lo largo de los dos últimos siglos. Aunque en algunos datos difieren esos trabajos, las coincidencias predominan.
Según el padre Juan de Velasco, en el año 980 los Caras conquistan al Reino de Quito, entran por el río Esmeraldas y en el transcurso de 200 años se apoderan de la región del Noroccidente de la actual provincia de Pichincha, Puerto Quito, en la unión de los ríos Silanchi, Toachi, Blanco y Caoní, y las poblaciones que hoy se conocen con el nombre de Bolaniguas, Cocaniguas, Tambillo, Gualea, Nanegal, Mindo y Nono.
Los Caras se fusionan con los Quitus y en períodos largos se van conformando y distinguiendo diferentes familias de las cuales es descendiente la rama de los Colorados.
Los Yumbos de Angamarca.- Zona ubicada al Sur Occidente de Latacunga provincia de Cotopaxi. “Angamarca, la vieja fue una ciudad aborigen pre-incásica habitada por los yumbos colorados que abarcaría 13.000 metros cuadrados de construcción en la que han quedado en la construcción en la que han quedado muros de contención, calles y vías cubiertas de vegetación, se conoce también que sus habitantes fundían oro, bronce la técnica del templado a golpe de metales demuestra que era una civilización avanzada en la metalurgia”
Tanto Cabello Balboa como el padre Velasco indican que la gran tribu estuvo formada por 36 grupos distribuidos en una extensa zona.
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A la llegada de Huayna Capac a las inmediaciones de Latacunga debió enfrentar la gran resistencia de los Yumbos colorados , quienes en más de una ocasión le infligieron más de una derrota a su poderoso ejercito, sumado al hecho de que el combate en la selva tropical era muy complicado para el ejercito Inca por la gran cantidad de serpientes venenosas y enfermedades tropicales, por lo cual, al final solo se dio una alianza entre incas y yumbos, mediante un matrimonio, en el que Huayna Capac contrajo matrimonio con varias princesas de los yumbos colorados, logrando así la territorialidad de esos reinos.
Los incas jamás pudieron conquistarlos, es así que los yumbos colorados mantuvieron sus costumbres e idioma intactos a diferencia de otras etnias conquistadas por los Incas.
Los cronistas: Carranza, Contero, Parra, Cabello, Balboa que tratan de la conquista del territorio de Occidente del Reino de Quito, simplemente enumeran los asentamientos de los yumbos colorados, entre ellos: Bolaniguas, Cocaniguas, Cansacoto, Angamarca, entre otros en base a cual los historiadores aseguran que los yumbos colorados no fueron conquistados por los españoles a causa del terreno accidentado, del tupido boscaje con infinidad de serpientes venenosas y por el clima muy ardiente, algo muy similar a lo ocurrido on los Incas.
Pero la tribu colorada nunca fue dominada y solo pagaban tributo de un peso anual al cacique recaudándose 800 pesos al año de los hombres mayores de 18 años.
En 1540, seis años después de iniciada la conquista española, los caras, yumbos o colorados realizan un levantamiento; liderando este se encontraba el señor natural Titira. El cabildo, justicia y Regimiento de la ciudad de Quito destina al capitan Alonso Hernández, Alcalde Ordinario de la ciudad a que con una pequeña fuerza armada sofoque el levantamiento.
En 1660, la población de los yumbos colorados fue gravemente afectada por la masiva erupción del volcán Pichincha, y el cacique Calazacón pide ser excusado del pago de tributos por ese año debido a la destrucción de comidas y frutas inundadas por ceniza.
En 1750 el total de habitantes de los 36 pueblos llegaba a 30.000. A esto hay que añadir que la zona mas poblada de los colorados fue la denominada por los geógrafos “Cordillera transversal de Piruasì, San Tadeo”, largísimo transversal hacia el occidente, que va desde las faldas del volcán Pichincha hacia las costas de Esmeraldas en una extensión de 80 Km.
En 1776 y 1780 se introducen las reformas borbónicas y se empadrona a la población. Los yumbos colorados pagaban sus tributos en especies, pues eran grandes abastecedores de cera para las iglesias (la obtenían de la miel de abeja), así como algodón y pescado. Las encomiendas durante una larga época iban dirigidas, especialmente, a los duques de Useda y Olerca, y a las Monjas San Bernardas de Madrid.
Los apellidos Aguavilli y Calazacones se convirtieron poco a poco en Aguavil y Calazacón, especialmente a raíz de los empadronamientos realizados a fines del siglo XVIII.
También por esa fecha se distinguían otros apellidos como Congla, Ibarcuca, Guango, que fueron absorbidos más tarde por Calazacón, Aguavil, los dos principales apellidos tsáchilas en la actualidad.
De los poblados que antiguamente fueron habitados por los Yumbos Colorados, muy pocos han sido localizados por la geografía actual e las faldas de la Cordillera Occidental de los Andes pertenecientes a la Provincia de Pichincha y Cotopaxi.
LOS PUEBLOS IDENTIFICADOS SON:
- Guallas.- poblado según parece el más numeroso de los Colorados. Corresponde a la actual cabecera cantonal de Gualea.
- Nanicales.- corresponde a la actual parroquia Nanegal
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Topo- Mindo y Tusca.- de los tres pueblos solo existe Mindo correspondiendo a la actual parroquia del mismo nombre.
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Cansacoto.- corresponde a la actual parroquia Cornejo Astorga- Tandapi
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Alloriquin.- actual parroquia Alluriquìn
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Cocaniguas.- actualmente cooperativas agrícolas: Ganadera Orense y Nuevo Mundo, 30 Km. al Nor-Occidente de Santo Domingo.
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Alaquis.- actualmente Alàquez, parroquia de la provincia de Cotopaxi.
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Angamarca.- Actual parroquia del cantón Pangua-Cotopaxi.
La presencia Tsáchila se fue reduciendo a las cabeceras de los ríos Pupusá, Taguasa, Peripa, Chigüilpe y Baba. Decidieron permanecer allí, alejados de todos los centros poblados que comenzaban a emerger debido a la compulsiva colonización.
Los etnógrafos que han trabajado en el tema afirman que los antepasados más recientes de los actuales Tsáchilas (derivación que tomaron de los yumbos o colorados) vivieron en el sitio denominado Cocanigua, ubicado a unos 7O kilómetros de Quito, a orillas del río del mismo nombre.
Narraciones orales de los Tsáchilas afirman que cuando este grupo vino a la zona ya existían en lo que hoy es Santo Domingo otros asentamientos colorados.
Hay evidencias, según la investigadora Piedad de Costales, de que Cocaniguas era el centro mayor de los otros pueblos yumbos colorados.
El vocablo cocanigua significa "Matriz del Pueblo", "Símbolo del Achiote" o "Semilla de fuego". Según datos históricos, Cocaniguas comprende las bellas planicies ubicadas entre los ríos Mulaute y Cocaniguas, a unos 800 y 1.200 metros de altura sobre el nivel del mar.
Se asegura la existencia de vestigios arqueológicos estratégicamente fortificados que rivalizarían con los de Cochasquí. En el río Mulaute (nor- oriente de Santo Domingo) se han recogido símbolos de calendario solares tallados en piedra así como efigies y utensilios de cerámica en grandes cantidades.
Todos los estudios realizados coinciden en señalar que los tsáchilas huyeron de allí para evitar el exterminio de la tribu debido a una epidemia de viruela, se adentraron más hacia la montaña, al sur-occidente de Pichincha, dispersándose en el territorio que hoy ocupan en la zona de Santo Domingo.
En 1861 gran parte de la región donde habitaban los colorados se incorpora a la división política de la República. "El 29 de mayo de 1861 se crea la parroquia rural de Santo Domingo como una más de las cuarenta y siete del cantón Quito". Ya a partir de 1950 la apertura de las vías y los movimientos migratorios que se daban hacia Santo Domingo provoca una gran reducción de su territorio.
Lo cierto es que la presencia tsáchila se fue reduciendo a las cabeceras de los ríos Pupusá, Taguasa, Peripa, Chigüilpe y Baba. Decidieron permanecer allí, alejados de todos los centros poblados que comenzaban a emerger debido a la compulsiva colonización. Se niegan así a dejarse absorber por la cultura mestiza y se adentran en la selva para marginarse voluntariamente por décadas.
Los nuevos colonos comenzaron a despojar a la comunidad tsáchila de sus tierras, pese a que eran de su propiedad, según la Ley de Comunas dictada en 1937.
El territorio de la etnia que rebasaba los 20.000 kilómetros cuadrados se redujo en menos de dos décadas a 10 kilómetros cuadrados.
Para el año 1978, el indígena colorado se había sujetado a lo que le reconoció la Ley de Comunas, y más tarde a lo que le dio el Instituto de Reforma Agraria y Colonización, a través de las adjudicaciones de 10.001 hectáreas en diferentes lugares de lo que había sido su extenso territorio. De no haberse dado esas entregas, todo el territorio colorado se habría perdido.
Lo cierto es que la desintegración territorial del grupo y la ruptura de su unidad étnica se facilitó por el aislamiento de sus asentamientos.
Las adjudicaciones trataron de ajustarse a los viejos asentamientos de los diferentes grupos colorados y les reconocieron un territorio en relación directa con la densidad demográfica. El mayor porcentaje de tierras correspondió al sector Búa, con el 28 por ciento, y el más bajo a Taguaza (Filomena Aguavil que ya no existe) con el 2.10 por ciento.
El promedio mínimo entregado a cada familia fue de 5 hectáreas, según los datos del Instituto Ecuatoriano de Antropología.
En las dos últimas décadas, la llegada de elementos foráneos al área colorada suscitó serios problemas de despojo de la tierra.
Lo cierto es que ese gran pueblo al que tantos y tantos historiados le han dedicado cientos de páginas, está en riesgo de desaparecer definitivamente. Así lo ratifican los etnógrafos Costales con esta sentencia: "Los maltratados rezagos de los pueblos Cara o Yumbos (chachis en Esmeraldas y tsáchilas o colorados en Santo Domingo) se han convertido en pequeñas poblaciones con escasa esperanza de vida y crecimiento. Los que fueran una nación poderosa han quedado arrinconados en un pequeño refugio y su cultura va desapareciendo paulatinamente".
ECOMUSEO VIVO SHINO PI BOLON TSACHILA.